[Valérie Solanas, 1968] SCUM Manifesto de la Organización para el Exterminio del Hombre
INTRODUCCION El Movimiento por los Derechos de la Mujer no es, en modo alguno, una novedad. Hace un siglo conmovió a esta nación y a casi todo Occidente para finalizar, tristemente, con aquella insignificante concesión del sufragio. El feminismo ha seguido alzando su cabeza espectral en casi todas las revoluciones, en casi todos los períodos reformistas, en cada cuerpo del pensamiento social que ha dejado huellas en los últimos tiempos. En cada lucha generacional, las formas de expresión del feminismo surgen de acuerdo con el contexto social inmediato. Sin embargo, siempre, en sus diferentes encarnaciones es fundamentalmente universal e intemporal. Así, el Manifesto de Valérie Solanas corresponde a su tiempo y, a la vez, lo trasciende. La visión fundamental de SCUM es la del feminismo eterno; la forma corresponde a la del siglo XX, decadente y emocionalmente inconexa. El SCUM Manifesto es la voz de un niño, de un niño del mundo occidental, un niño de nuestra época, perdido y herido. Voz salvaje y desalentadoramente glacial, cruel, sin indulgencia para con el mundo que ha querido privarle de vida, es una voz situada más allá de la razón, más allá de la decencia burguesa. Es la voz de alguien a quien han empujado a llegar más allá del límite, de alguien que ha perdido sus cargas psicológicas, que nunca más podrá satisfacerse con otra cosa que no sea sangre. Desde este estado de ánimo, Solanas revela los auténticos sentimientos de la feminista, su quintaesencia; y tales sentimientos están regidos por una rabia atroz. Rabia hasta la